Actores del fútbol
Ahora que Santiago Solari ha vuelto a sentarse en un banquillo de privilegio -y por tanto a instalarse en el centro de los focos- he recordado lo complicado que a veces resultan las relaciones entre futbolistas y periodistas. Cuando tuvo que colgar las botas, Solari hizo una incursión en nuestro oficio a través de la escritura. El diario El Pais le ofreció la posibilidad de publicar diversos artículos de opinión, y cumplió la tarea con solvencia, sapiencia e interés. Pudo ver el fútbol desde el otro lado, ese que también es fútbol a pesar de que sus actores no sepan “del olor de un vestuario”, como le gustaba quejarse a Luis Aragonés cuando intentaba ningunearte.
“Enemigos íntimos”; así se llama un artículo que escribió hace siete años y que ha caido en mis manos estos días, ahora que ha cogido las riendas del Real Madrid y por tanto ha vuelto a ponerse en el otro lado. “El futbolista ve en el periodista a un extranjero. Un intruso con camisa y zapatos limpios… un charlatán sospechoso” decía Solari entonces antes de contraponer la otra visión: “Para el periodista, el jugador es un tipo con una habilidad puntual. Un poco consentido y caprichoso… alguien al que mira con condescendia porque ignora que el fútbol se termina y la vida sigue, sin autógrafos ni flashes”. O sea, enemigos íntimos, porque el que fuera gran jugador termina concluyendo que a pesar de esa aparente enemistad, son dos actores que se necesitan porque son personajes de una misma obra.
A veces los jóvenes periodistas se acercan a los futbolistas atraídos solo por la fama que les rodea. Pronto se desilusionan. A veces los futbolistas se acercan a los periodistas atraídos por la fama de poder que se les supone. Pronto se desilusionan. Hasta que aprenden a convivir pasan algunos berrinches, varios desplantes y un sinfín de enfados y desencuentros. Pero cuando sortean todo eso comprenden que el fútbol es de todos, y que como buena obra de teatro los actores están entre el público y el público se siente como si pisara el escenario.
Llegar a eso percepción cuesta.
Paco Gamero. Periodista
