Su elegante estilo y su amplia experiencia muestran lo que su vitalidad y su aniñada tez esconden. Si hubiera que definirla en pocas palabras, “sofisticación despreocupada” y “tenacidad” lo harían a la perfección.

Vive entre Sevilla y Madrid. Acabó Derecho por seguir una tradición familiar que se vio interrumpida cuando, a los diecinueve años, probó por primera vez una clase de ballet que la atrapó hasta tal punto de querer dedicarse a ello profesionalmente. Y es que cuando algo se siente profundamente, no hay nada que pueda hacer que cambies de opinión. Y así lo sintió. “El ballet para mi es una forma de vida de la que es difícil escapar. Es algo así como un trabajo físico muy intenso para llegar a conocer la parte más bella del alma. Una vez que consigues conectar, es el único medio para llegar a ello y poder sentir esas emociones que de otra manera serían imposibles de alcanzar”. Una verdadera pasión que, junto con su infinita constancia, la ha llevado a dedicarse a ello profesionalmente. “Creo que soy una persona trabajadora, no me importa cuánto esfuerzo haya que hacer si tengo clara la meta y creo en lo que hago”.

En cambio, su interés por la moda la acompaña desde pequeña y hace dos años, se lanzó con su propia marca, Vanderwilde.

“El amor por la moda me viene desde niña, cuando veía a mi madre arreglarse para las fiestas”

Moda y danza. Dos pasiones que actualmente forman parte de su día a día. Una combinación perfecta que enriquece el alma y los sentidos, pero que requiere de una especial disciplina y dedicación. “Me levanto a las 7, y repaso los mails de la marca desde la cama e intento contestarlos todos. A las 8.15 desayuno con mi marido y a las 9 me voy a bailar hasta las 3. Cuando llego, almuerzo, y por la tarde sigo trabajando”. Una rutina dura de trabajo que compensa los fines de semana con más horas de sueño y una buena dosis de familia, amigos, lectura, cine y exposiciones.

Háblenos de su vida en Víctor Ullate: sus principios, su aprendizaje…

Ha sido y es duro, pero de las mejores experiencias de mi vida. Con momentos muy buenos y también muy malos: Los buenos se te quedan para siempre, y los malos, te hacen evolucionar como persona. A mí me han enseñando que la única forma de salir adelante es a base de trabajo e ilusión. Es muy importante saber soñar.

¿Sigue una dieta estricta?

Como de todo pero intento cuidarme en las cenas.

¿Cómo influye la práctica de ballet en su vida y en Vanderwilde?

El ballet me ha aportado un desarrollo espiritual, intelectual y, claro está, físico. Además de muy buenos amigos, grandes bailarines y artistas a los que quiero y admiro.

En la marca, una visión muy profunda de la estética, la armonía y la fluidez del movimiento; cuando veo una prenda terminada no puedo dejar de fijarme en él. También, como he dicho antes, la capacidad de no rendirme nunca. El trabajo no tiene límites. Hay que ir a por todas.

“Es muy importante saber soñar”

¿Qué caracteriza a su marca?

Es una marca basada en un concepto de moda impregnado de arte y de una visión estética llena de formas y colores. Son diseños exclusivos fabricados íntegramente en España y con tejidos de primera calidad.

¿A qué tipo de mujer viste?

Está pensada para una mujer joven, sofisticada y elegante, segura de si misma y soñadora. Que aprecie la exclusividad.

¿Qué es para usted la moda?

Una forma de expresión y de tu propia personalidad.

Existe un debate sobre si la moda es considerada o no arte. ¿Qué opina al respecto?

No todo el que diseña es artista. Igual que no lo es todo el que baila o actúa. El arte es un nivel de la mente y del espíritu que hacen de una persona un genio.

Para mi, es igual de artista Valentino, Karl Lagerfeld, que Tamara Rojo, Plácido Domingo o Picasso. El status de artista reside en el nivel de trabajo de cada uno, da igual en el campo que sea. Y no me refiero a nivel técnico, que por supuesto tiene que estar, sino que el genio y el arte están cuando el espíritu sale hacia fuera y es capaz de decir cosas interesantes a la sociedad.

“La alta costura también ha de existir para esas personas que se lo pueden permitir. Es una fábrica de sueños y una lección de genialidad para el resto”

¿Qué piensa del fomento del arte para el desarrollo social de un país?

Creo que es una necesidad para el ser humano. Igual que existe belleza, que creo que tiene poder de aportar felicidad, debe existir la fealdad. El arte, aunque en ocasiones puede ser también feo, es necesario porque dice cosas y enseña.

Una sociedad sin apoyo cultural es una sociedad vacía, y eso es algo muy triste. Pienso que es absolutamente necesario para un país, sin él la evolución sería mucho más lenta.

¿Cree que todo diseñador debe beber del mundo del arte para crear?

Depende a lo que cada diseñador aspire. El arte y la cultura, en general, te nutren, y su conocimiento te hace avanzar y estar al día. Si eres una persona culta y con inquietudes, seguramente, la evolución personal también se verá reflejada en tu trabajo.

¿Prêt-à-porter o haute couture?

El prêt-á-porter es fantástico y muy funcional. La prueba está en cómo la sociedad lo consume. Se ha convertido en algo imprescindible.

La alta costura también ha de existir para esas personas que se lo pueden permitir. Es una fábrica de sueños y una lección de genialidad para el resto.

¿Consume revistas de moda? ¿Cuáles?                                                                                         

Vogue, Elle, Telva, Harper’s Bazaar…

¿Le gusta seguir las tendencias?

Sí, pero las que me sientan bien.

¿Qué piensa de los blogs?

Han tenido un boom que ha cambiado mucho la comunicación y la publicidad en la moda, pero no sé cuanta vida les queda…

“El genio y el arte están cuando el espíritu sale hacia fuera y es capaz de decir cosas interesantes a la sociedad”

Diseñador favorito: De los internacionales, Valentino. Es la elegancia y la feminidad llevada al extremo sin sucumbir a los disfraces para llamar la atención.

¿Tiene más pasiones aparte del ballet y la moda?

El arte, la pintura y la decoración.

¿Lo más bello?

Las proporciones, la armonía, las mezclas bien hechas, los colores del sur, las palabras de Arthur Danto, la danza, la música y la naturaleza.

¿Qué detesta? La mala educación.

¿Color favorito? El azul y el negro

¿Supersticiosa? Sí.

Signo zodiacal: Escorpio.

¿Sueños cumplidos?

Haber encontrado al amor de mi vida, mi marido.

¿Sueños por cumplir?

Me gustaría que Vanderwilde fuera un referente para las mujeres a la hora de vestir.

Irene Lamillar

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La prominente luz que entraba por las ventanas, la dulzura de su voz y la templanza de sus gestos crearon un clima que nos hechizó.

Gracias a Reyes Hellin descubrimos el maravilloso y seductor mundo de los sombreros y los porqués de su magia. Tienen la capacidad de embellecer lo menos bello y de estilizar lo más rechoncho; se colocan cerca de los ojos, el universo al que miramos cuando hablamos con otra persona; “los magos usan chistera y no otra cosa”, y porque simplemente, algo puede ser mágico según de dónde provenga.

                                        Reyes Hellin con su tocado favorito.

Y entre anécdotas y sombreros pasé una de las tardes más cortas de mi vida, en la que pude acariciar la magia y conocer la armonía, la clave del buen gusto, lo perdurable en el tiempo. 

Irene Lamillar

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El ganador de la cuarta edición deWho’s On Next de Vogue nos desveló secretos de su proceso de creación y algunas curiosidades de la vida de un diseñador: el dónde y el cómo empieza y termina una colección, contados de la manera más cercana y sincera posible.

Además, nos contagió su profesionalidad y sus ganas, y nos mostró una visión juvenil y todavía “inocente” del mundo de la moda. Un mundo en continuo cambio que, en la actualidad, está tendiendo a ser más cotidiano y desenfadado, acercando la pasarela a la calle como ya lo hizo en su día Saint Laurent, y donde la ilusión y un buen producto hacen menos difícil el triunfo.

Un joven prometedor con proyección en el extranjero al que le deseamos la mayor de las suertes y que nunca pierda su bonita ilusión de seguir creando moda en forma de “productos vendibles”. 

Irene Lamillar

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Una mesa llena de revistas de moda,  unas comerciales y otras más artísticas, nos esperaba. Sobre ellas y su contenido estuvimos hablando gran parte de la tarde. Vimos la evolución de la moda y la fotografía, así como también los diferentes tipos de imágenes (colores, encuadres, perspectivas…) y la intención del autor al captarlas. Pero, no sólo transmitió su amor por las revistas sino también por el cine, dos fuentes de inspiración y aprendizaje. Además, acompañaba una música de fondo que no paraba de sonar: explicó que no podía vivir sin ella, algo nada extraño.

Caída la tarde nos mostró gran parte de sus trabajos, todos caracterizados por la profesionalidad y un gran cuidado por el detalle, a lo que hay que añadir elegancia y variedad, ya que también habló de su creciente interés por la gastronomía. 

Pero lo más apasionante fue que nos animó a mirar la vida de otra manera. Atraído asimismo por el mundo nocturno, nos invitó a salir cada vez a un sitio diferente para encontrar gente distinta y experimentar diversas vivencias. Algo parecido a lo que ya nos dijo Roberto Diz, y a lo que suelen manifestar la mayoría de los creativos. Una forma de enriquecimiento personal y profesional. A través de los sentidos, la inspiración puede aparecer en cualquier momento, en cualquier lugar o en cualquier persona. En su caso, tras un objetivo y capturando momentos que quedan guardados para siempre. Otra manera de mirar es otra manera de crear.  

Irene Lamillar

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Inevitables comparaciones entre Nicolas Ghesquière, amante de la modernidad pero respetuoso con el pasado y la elegancia de la marca, y Demna Gvasalia, el nuevo director creativo.A pesar de la intención de Gvasalia de conducir su inspiración hacia Cristóbal Balenciaga y respetar la arquitectura en las formas, las opiniones divergen. Unos apuestan firmemente por esta unión. Otros, encuentran totalmente desvirtuada el alma del maestro.

Intenciones que, de momento, sólo se han quedado en eso. Es difícil no relacionar los orígenes de la antimoda del nuevo creativo que han marcado sin duda la última colección de la firma.

De Margiela a Balenciaga, pasando por Louis Vuitton y Vêtements

Demna Gvasalia viene del mundo Margiela y, aunque trabajó unos años en Louis Vuitton, sus primeros pasos son los que han marcado su estilo. Algo que se ha dejado ver en las pocas colecciones de Vêtements, la triunfante marca “callejera” que creó en 2013, y ahora también en su primera colección para Balenciaga.

Hablar de Vêtements y de su deseo por hacer ropa funcional, no lujosa y cómoda, significa entender la colección Otoño-Invierno 2016/2017 de Balenciaga, con la que Gvasalia ha querido construir una actitud y una forma de vida a través de las prendas. Pero, ¿va en línea esa forma de vida con el carácter de la marca? La elegancia no está reñida con la comodidad y la cotidianidad.

                             Colección otoño-invierno 17. Balenciaga. París Fashion Week

Sensación de frío. El blanco de fondo hace resaltar los estampados y los colores de los diseños. Deconstrucción, botas de charol con plataforma, gruesas cadenas, estampados florales y abrigos con aire retro. Un sinfín de elementos que evocan a Margiela y a Vêtements. Pero, ¿dónde está Balenciaga? Quizás en la arquitectura de ciertas prendas como vestidos con siluetas femeninas nada favorecedoras o en el corte de los escotes de algunos anoraks, plumas y trenchs, en forma de V y alejados del cuello, creando así efecto de volumen y rigidez.

La elegancia no está reñida con la comodidad y la cotidianidad.

A grandes rasgos, diseños y combinaciones muy alejadas de la elegancia y otras claves de la casa. Modernidad e innovación no deben contradecir la idea de conservar la esencia de una marca. 

    Desfile otoño-invierno 17 de Balenciaga en París Fashion Week.

Los comienzos de los nuevos diseñadores en las firmas nunca son fáciles, y más cuando se trata de continuar con la obra de mitos como Chanel, Dior o Balenciaga. Quedamos a la espera de sus próximas colecciones para comprobar si ha sabido canalizar su creatividad adaptándose al espíritu de la maison y poder convertirse en un hito como Nicolas Ghesquiére. 

Irene Lamillar

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Decía Marta Graham que la danza es el secreto del alma, y aunque no puede ser más verdad, en esta ocasión tengo que adaptar su frase al mundo de la moda, pues los diseñadores nos cuentan una historia cargada de ellos mismos en cada colección. Por eso, haber podido imaginar y formar parte de la historia que quisieron contarnos a través del ambiente, del color, de las formas, de los tejidos y de su movimiento fue algo fascinante. Por no hablar del backstage, lo que nadie ve pero donde todo se cuece, un mundo lleno de caos ordenado en el que conviven el trabajo, la emoción y los nervios de modelos, peluqueros, maquilladores, fotógrafos y técnicos, que hacen que los “inventores de la moda” vean los frutos de su esfuerzo y que los de fuera disfrutemos soñando. Allí dentro tuve la suerte de ver de cerca algunas prendas de Ana Locking que estaban colgadas en el camerino, y las colecciones de Ailanto y de Amaya Arzuaga, dos elegancias diferentes: la primera, sencilla y fluida, y la segunda, rígida e innovadora. 

Gracias a los desfiles viajé desde Toronto hasta Georgia con los dulces paisajes de Ailanto, pasando por la tradicional y oscura Andalucía de Juana Martín. Además, descubrí la sensualidad y la libertad de la noche con la interpretación que hizo Juan Vidal de la vida de la actriz porno Linda Lovelace, y con ManéMané reviví la diversión de vestirse mezclando y transformando prendas para salir de fiesta. Tampoco puedo dejar de mencionar el colorido viaje a los 40 con los “uniformes” rectos pero femeninos de Moisés Nieto y el haber flotado en el espacio igual que lo hacían las prendas de Amaya Arzuaga.

Historias muy diferentes pero todas con algo en común: las tendencias.

Irene Lamillar

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Una puesta en escena sencilla, que consiste solamente en el juego de los focos y el suelo de la pasarela, acompaña durante toda la jornada, con la excepción del desfile de Juana Martín, que nos impregna una vez más, de las costumbres de su tierra. Una Andalucía tradicional y lúgubre envuelve la sala con el olor del incienso, la salida de un monje al son del repique de unas campanas, la imagen de una vieja parroquia y el alma de sus diseños, repletos de componentes históricos y religiosos pero con detalles de sus elementos habituales: los bordados y los volantes. Las cruces, las flores, los encajes y una gama de colores negros y toques de blanco, presente en todas sus colecciones, nos transportan a la más antigua de las tradiciones: el luto. Todo esto, junto con las bombers, los lazos y los matices lenceros, conforman un contraste entre tradición y moda, que supone un paralelismo con la pena de una pérdida y el deseo de seguir sintiéndose mujer.

Diseños en el desfile de la colección otoño-invierno 16/17 de Juana Martín.

El minimalismo de los años 40 de Moisés Nieto exalta un tema muy trascendental: la liberación de la mujer de la posguerra. Un hermoso colorido y un toque futurista pasean en prendas de cortes rectos, en sus usuales dos piezas, esta vez con pantalones Capri y faldas midi, en pieles sintéticas, cuadros, encajes y maxipendientes. Este desfile precedió al estreno de ManéMané en Cibeles: un debut valiente, lleno de caos y desorden, alejado de sus dos anteriores colecciones presentadas en EGO, impecables, pulcras y llenas de luz. Algunos elementos vintage reinventados con rotos, deconstrucción y lazos que recuerdan la feminidad, como chaquetas y pantalones de tejidos ingleses, jerseys de ochos y camisetas deportivas, han sido usados por Miguel Becer para dar vida a una colección inspirada en una reunión de amigos que transforma y mezcla prendas para salir de fiesta. 

Desfiles de la colección otoño-invierno de ManéMané y de Moisés Nieto (arriba).

Después de la expectación y el impacto de los primeros, una dulce espera se refleja en las caras relajadas y sonrientes. Sin perder su esencia, Ailanto trae el aire fresco, la tranquilidad y el romanticismo de la naturaleza con estampados inspirados en los paisajes del pintor Lawren Harris, con colores como el nude, el violeta rosado y el verde mar y con tejidos suaves y con movimiento, como la seda. El aire retro se ve en tejidos más gruesos, como la lana y el punto, en colores más otoñales y acompañado de unos maravillosos zuecos de ante y de pequeños capazos de mimbre teñido. Un conjunto de diseños en el que afloran los jumpsuits o monos y los vestidos largos de sencillas y sutiles líneas, combinados con collares tribales, dan forma y color al elegante paisaje de los Ailanto.  

La obsesión por el espacio de Amaya Arzuaga se plasma esta vez a través de la gravitación y vuelve a sorprender con una de sus técnicas, que consigue que el crepé tenga un efecto parecido al neopreno. Los volúmenes, que en esta ocasión parecen flotar alrededor del cuerpo gracias a un esqueleto de tul color carne, constituyen la clave de la colección, la mujer como centro de todo. Elementos decorativos, como el espejo, dan brillo al color principal, el negro, que contrasta también con prendas de color rojo anaranjado, rosa cuarzo y verde petróleo. El punto no podía faltar, y se presenta de una manera exquisita, original y artesana. 

Modelos de Amaya Arzuaga en el backstage en los momentos previos al desfile otoño-invierno 16/17.

El toque sexy lo puso Juan Vidal con su deseo de recuperar una faceta sensual y menos comercial que hacía algunos años que no veíamos. La libertad de la vida nocturna de Linda Lovelace, una actriz porno, ha sido la inspiración del diseñador. Con el negro como protagonista y con su prenda fetiche, el vestido, Juan Vidal trae la nocturnidad y sus luces con pinceladas de rosa fucsia, marino y azul Klein y con matices futuristas en forma de brillos. Los escotados y transparentes diseños de tul bordado, seda y crepé, de los que cuelgan lazos, se combinan con prendas exteriores, como sugerentes plumones o abrigos de paño y piel que dejan al descubierto un hombro. El calzado de charol realza el sentido de esta colección, que añade una mujer más a su lista de originales historias contadas.  

Modelo de Juan Vidal en el backstage. Otoño-invierno 2016/2017

Una maravillosa combinación de tendencias diversas interpretadas de manera muy personal por cada uno de estos diseñadores y que permite a los espectadores participar en las distintas historias narradas a través de formas, colores y materiales. 

Irene Lamillar

La entrada Interpretando tendencias se publicó primero en tENdencias.

Esta joven diseñadora ha pasado por los talleres de Alexander McQueen, Yono Taola y Loewe. Y en 2012 debutó en el espacio EGO, para dar a conocer su primera colección completa llamada Chimaera.

Su desfile empieza con diseños de dos piezas: algunos, compuestos por crop tops y minifaldas con vuelo con un estampado tropical que ya se vio en algunas prendas de la colección otoño-invierno 2013, y otros, por sudaderas del mismo estampado con faldas por encima de la rodilla de raso plisadas en color nude. Los zapatos de cordones acentúan el punto informal y las botas militares le dan un toque rebelde al look.

Diseños de la colección SS16 de Leyre Valiente.

El carácter casual de los primeros se ve rebajado con los vestidos que salen a continuación. Esta colección resulta diferente de las anteriores: aunque permanecen algunos símbolos, como el uso de la tela plisada y la presencia de elementos que evocan a los pájaros, la diseñadora se ha alejado de los volúmenes y lo elaborado y ha optado por líneas románticas, más sencillas y con limpias caídas, algo más comercial. Muchos vestidos y dos piezas de largos por la rodilla y de corte trapecio se acompañan de fluidos caftanes, y otros largos plisados con vuelo, al desplegarse como un ala, dejan ver los colores predominantes del desfile: nude, azul, amarillo, blanco y beige. 

Irene Lamillar

La entrada UNA PRIMAVERA APACIBLE se publicó primero en tENdencias.

Escuchando a Roberto Diz, afianzaba mis opiniones con respecto a la moda, y es que, para mí, la moda es estilo, y éste, una forma de vida que se manifiesta a través de los hábitos, del saber estar, de la manera de hablar, de gesticular, de moverse, de peinarse… “El que es elegante, lo es desnudo”, nos decía.

En definitiva, la moda no es más que la expresión de nuestra personalidad, el resultado de nuestras vivencias y, por tanto, va mucho más allá de la prenda. Roberto Diz aseguraba que “las prendas no son nada sin la persona que las lleva puestas”.

Y aquí entra en juego el debate del que hablaba al principio: Si la moda es un reflejo de nosotros mismos, ¿es entonces lo que dicta Anna Wintour?

Pareciéndome un trabajo apasionante y de mucha precisión el de la editora jefe, reconozco que Roberto Diz me hizo pensar cuando lanzó la pregunta de por qué Anna Wintour tiene que marcar por dónde ha de ir la moda si ésta es subjetiva.

Después de darle vueltas, llegué a la conclusión de que la moda y las tendencias van a seguir existiendo por el simple hecho de que es un negocio, pero también es cierto que somos libres de seguir o no estas directrices. Está en nosotros elegir aquellas prendas, de moda o no, con las que seamos nosotros mismos, con las que estemos cómodos, y, por supuesto, sin miedo a salirnos de la línea de las tendencias.

Por esto, Roberto Diz apuesta por mujeres con personalidad, atrevidas y sin miedo a romper con lo clásico, con lo que se debe llevar. Teniendo en cuenta la dificultad de sobrepasar estas barreras que existe en España y, sobre todo, en Andalucía, Roberto Diz arriesga intentando darle un giro a elementos tradicionales y un toque vanguardista a siluetas ya creadas por grandes diseñadores como Yves Saint Laurent, Christian Dior…                                                                                                                                                  

                            Elementos tradicionales                                      Roberto Diz

                                    Christian Dior

                                Yves Saint Laurent

                                   Vanguardia

Por último, añado las fotos que tomé en su atelier, que reflejan las experiencias que vivimos esa tarde, para que os hagáis una idea del ambiente y disfrutéis del contraste decorativo tanto como lo hice yo.

Irene Lamillar

La entrada Roberto Diz: tradición y vanguardia se publicó primero en tENdencias.