El pachanguero profesional

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Nunca ha existido ni existirá alguien como Messi. Siempre que le veo recuerdo esas pachangas de la infancia donde siempre había uno que sobresalía con respecto a los demás. Ese al que envidiabas porque solucionaba los partidos, marcaba todos los goles o no eras capaz de quitarle la pelota. Que llegabas a tu casa, te preguntaban tus padres y decías: “Es que jugar con él es trampa; los equipos estaban desequilibrados”.

La diferencia es que esto no es una pachanga, es fútbol de élite. Pero Messi lo hace parecer una pachanga. Por eso le envidio; por hacer fácil lo difícil. Sobre todo, más allá de su superioridad, le envidio por su capacidad de hacer de todo en todas las posiciones. Hemos podido ver al mejor interior diestro, al mejor punta matador, al mejor falso delantero e, incluso, al mejor centrocampista creativo una vez salido Xavi del Barça. Un jugador todoterreno, un futbolista especial. Además, esta aptitud no solo la va transformando a lo largo de los años, sino que cambia su posición dependiendo del momento y las circunstancias del partido.

Quizás, esto lo aprendería del ‘tiki-taka’ de Guardiola, donde el técnico catalán casi que basó ese famoso sistema que triunfó por todo el mundo en el astro argentino. Su inteligencia y agilidad visual-física sobre el campo es inigualable. Innata. De ahí, el amplio abanico de posibilidades de posiciones, juego y habilidades que es capaz de llevar a cabo. Sin embargo, esa agudeza futbolística dentro del campo, contrasta en cierto modo con su timidez fuera del mismo. Con una personalidad tan marcada en el terreno de juego, incansable, donde el balón es su mejor amigo y nunca lo va a dar por perdido, parece carente de ella fuera de él. Como un héroe introvertido.

Una persona al que no le hace falta decir delante de un micrófono que le envidien por ser guapo, rico, y buen jugador, porque ya dice y demuestra que es el mejor en el verde. Ojalá, además de los innumerables éxitos y trofeos que ya ha conseguido, sume un título con su selección para acallar todas esas críticas del determinado sector argentino y ciegos que no se cercioran del futbolista que tienen delante. Disfrutémoslo, porque los años pasan rápido. Disfrutémoslo, porque nunca veremos a nadie como él. Disfrutémoslo, porque algún día, podremos decir a viva voz, “Yo vi jugar a Leo Messi”.