La cara oculta de MBFWM

Dicen que no es lo mismo verlo que vivirlo. Esa ha sido mi sensación al volver de Mercedes Fashion Week

Los nervios y la expectación se apoderaron de mí al sumergirme en el interior del backstage. Sin duda, es uno de los entresijos más interesantes y maravillosos dentro de este ámbito. Fue uno de los aspectos que más me sorprendió.

Durante muchos años he podido disfrutar de las propuestas de diseñadores nacionales a través de la pantalla y de revistas. Pero nadie se puede imaginar lo que hay detrás del resultado final.

 

Pude disfrutar y envolverme de todas las sensaciones que se vivieron minutos antes de que comenzara el desfile de Teresa Helbig. Un despliegue de maquilladoras y peluqueras subidas en sillas preparando los últimos detalles en el pelo y rostro de las modelos.

Fotógrafos y profesionales del sector inmortalizando todo lo que estaba “cociendo” detrás de la pasarela.

Piernas temblorosas y pies que no podían mantenerse en el suelo, delataban el nerviosismo y las ganas de las jóvenes modelos que esperaban la señal para lanzarse a la pasarela.

¡Vamos chicas! La música empezó a sonar y las modelos salieron a defender el trabajo de muchos meses de la diseñadora.

                                                                   

Con el sonido de los aplausos de fondo, las modelos empezaron a entrar sonriendo y saltando, soltando todo el aire contenido por la tensión. El aplauso de los asistentes se fusionó con el aplauso de todo el equipo del backstage. Caras de satisfacción y de tranquilidad entre todos los personajes que presentaron su trabajo a los invitados.

 

  Sin duda alguna, ser partícipe de ese “caos” fue una de las mejores experiencias que pude vivir en la 67 edición de la moda española.