Olores a naftalina flamenca

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¿Llevar un traje de flamenca es sinónimo de ser anticuado? Vestir un traje de flamenca, además de transmitir una cultura e historia de trasfondo, tiene como objetivo embellecer a la mujer.  Una mujer que le gusta ir a la moda y seguir las nuevas tendencias. Y son los eventos de moda flamenca los encargados, junto con los diseñadores, de fusionar la esencia racial de la mujer andaluza con las nuevas tendencias de moda.

SIMOF y We Love Flamenco, éste último con solo cuatro ediciones, luchan por ser el evento líder de moda flamenca en Andalucía. We Love Flamenco, además de mantener la esencia del folclore andaluz, apuesta también por la creatividad de jóvenes diseñadores. Durante seis días, del 12 al 17 de enero, se ha podido disfrutar en el Hotel Alfonso XIII de un ambiente entre volantes bastante rejuvenecido. Mientras que SIMOF, celebrado en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (FIBES), ha seguido la tendencia más clásica y lineal para la organización de su evento.

El público de SIMOF ha sido de nuevo la mujer de mediana o alta edad que busca un diseño clásico, principalmente, para la feria de abril de Sevilla. A fin de cuentas, son éstas las que disponen de una mayor estabilidad económica. Tanto la música como la disposición de los stands, la puesta en escena o el propio cartel han sido elementos pensados para este perfil específico de target. El ambiente que se ha respirado en SIMOF, en general, es la versión más autóctona de la moda flamenca que, aunque no deje de definir al carácter andaluz flamenco, sí que deja un vacío a la innovación y al riesgo.

Luis Fernández, ganador del premio de Diseñadores Noveles de SIMOF 2016, con su colección Habemus Flamenca, ha sabido diferenciarse y arrojar un toque de frescor y rejuvenecimiento a este gran escaparate de moda. En su colección, basada en la sociedad romana, los ostentosos accesorios y la mezcla de tejidos se han convertido en los principales protagonistas. 

Sin embargo, otros muchos diseñadores han optado por una línea más tradicional. Margarita Freire, en su colección Flamenkura, nos ha mostrado la versión más clásica  de un traje de flamenca. Vestidos, por lo general, más ligeros y flexibles, como los canasteros y rocieros, y clásicos complementos, como los mantoncillos de flecos, los pendientes de lágrima o los fajines de cuero. A pesar de sus clásicos diseños, Margarita Freire  logró captar la atención del público con la actuación en directo de una bailaora con la que abrió el desfile. 

¿Esencia y tendencia? o ¿solo tendencia? Muchos diseñadores como Lina responden con una clara fusión de ambas. En su colección Las Miradas, inspirada en las majas de Francisco de Goya, ha mezclado los estampados florales y lunares propios de la tendencia primavera-verano 2016, pero sin dejar atrás la esencia andaluza, su marca registrada.