Arriba la naturalidad

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Este es el caso de Nicola Griffin. Una modelo británica de 59 años que comenzó su carrera profesional a los 50 y desde entonces, ha sido imagen de portada de revistas y ha realizado gran cantidad de trabajos vinculados con la moda y la belleza. Todo esto, siempre defendiendo la pluralidad de cuerpos y su talla 46.

Un ejemplo es el de su último posado para la campaña de lencería de la firma JD Williams donde no ha querido que el photoshop apareciera por ningún lado. Y así ha sido, la modelo ha dicho ‘NO’ a los retoques fotográficos y ‘SÍ’, una vez más, ha apostado por la naturalidad y la imagen real.

De esta forma, hace un favor a todas aquellas mujeres que ojean las publicaciones, se enamoran de una prenda y van a comprarla. ¿Qué pasa? Que una se desilusiona cuando comprueba que no le queda igual que a la modelo de la revista. Pero que no te engañen, la chica de la portada tampoco es cien por cien ella, sino que una parte es retoque fotográfico.

Con este caso, me viene a la cabeza el de la actriz Inma Cuesta cuando hace unos años denunció a través de su cuenta de Instagram unos retoques fotográficos que se hicieron en una de sus fotografías. La actriz se opuso a ello porque mostraba un cuerpo que no era el de ella. Y es que, esta mujer, con esas maravillosas curvas y una cara tan preciosa no necesita photoshop.

“Verte y no reconocerte, descubrir que tu imagen está en manos de personas que tienen un sentido de la belleza absolutamente irreal”, denunció la actriz en su cuenta de Instagram. “No entiendo la necesidad de retocar mi cuerpo hasta dejarme casi en la mitad de lo que soy, alisar mi piel y alargar mi cuello hasta convertirme casi en una muñeca sin expresión”.