“El Reino”, la película que logra llenar el Teatro Alameda

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Antonio de la Torre, un célebre actor malagueño, se ha rendido ante los pies de una ciudadanía que ha decidido acudir en masa a la proyección de su película más reciente como protagonista. El acto ha tenido lugar sobre las 20:00 horas de la tarde en el Teatro Alameda. El actor De la Torre ha reconocido su ilusión ante el lleno absoluto y ha bromeado diciendo que “es emocionante ver un cine lleno”.

La película El Reino, dirigida por Rodrigo Soroyen es, según el mismo Antonio “un retrato de todos nosotros”. De esta forma, ha proseguido la presentación en compañía del delegado del Ayuntamiento sevillano, Antonio Muñoz. Anecdótico han sido los símiles que De la Torre ha ido planteando a lo largo de la presentación, al expresar irónicamente que “de las urnas no nos libramos” al ver una urna de un sorteo de los Goya que estaba dispuesta en la entrada del Teatro. Ha proseguido diciendo “¡Vota a Manuel López, Vota a Manuel López!”, refiriéndose así al nombre del personaje que encarna en la película. Y ha concluido su deseo de que el espectador fuese capaz de abstraerse durante el visionado de la película, logrando así descifrar aquellos mensajes que traspasan a cualquier clase de partido político, y que van más allá. Inmediatamente después ha comenzado la proyección de la película.

La película versa sobre las situaciones de corrupción política que bien podrían recordarnos a la actualidad socio-política más reciente. El Reino es una de esas producciones cinematográficas en las que los mensajes y estados de ánimos de los personajes se encuentran magistralmente orquestados con la música.

La música con un ritmo hipertenso ayuda a que el espectador pueda acceder a la psicología de los protagonistas. Los mensajes, a su vez, de corte político y emotivo son como un torrente de agua que no deja de fluir durante toda la película. Mensajes como “el poder protege al poder” y “llevar dinero a Suiza es una horterada” no dejan indiferente a nadie. Tocar la fibra de la indignación y la reflexión, que todos llevamos dentro, es sin duda alguna un reto bien conseguido por todo el equipo que ha trabajado en esta película. Temas como la pérdida de la focalización en los objetivos vitales del ser humano cuando algunas personas acceden al poder, también han sido perfilados varias veces en la proyección. Además, sería posible realizar un símil entre los duelos en los que se batían los señores del romanticismo para mantener su honor y las argucias de las que se sirven los personajes de la película para mantener una imagen pública intacta. En definitiva, encajar en el engranaje político como individuo no debería ser el fin, sino el ser capaz de encajar a los objetivos sociales en la política.