Pasillo al campeón… de invierno

El Real Madrid cerró el 2017 de una forma indigna para ser uno de los mejores años de su historia, en el que ganó prácticamente todos los títulos (a excepción de la Copa del Rey). Y es que, a pesar de tener un inicio de temporada dubitativo, el conjunto blanco tenía una oportunidad de oro para reengancharse a la Liga, irse a Navidad con buen sabor de boca, dar una alegría a su afición y, además, pasar las dudas al rival. Todo ello en un solo partido, o mejor dicho: el partido, el Clásico. Es lo que tiene este encuentro, que es capaz de cambiar las sensaciones de ambos equipos de forma radical en función al resultado: te eleva a los altares o te hunde en la miseria.

Pero el Madrid, fiel a lo que llevamos viendo durante esta temporada, decidió desperdiciar la oportunidad dando una de cal y dos de arena. Los merengues saltaron al campo a dominar y llevar el peso del partido, mientras que el Barça, sabiendo que el empate era bueno para sus intereses, esperaba tranquilo atrás a la salida del Madrid. Serán muchos los que ahora criticarán a Zidane por su decisión de alinear a Mateo Kovacic y dejar fuera a Isco, que para más inri no jugó ni un minuto, pero lo cierto es que durante todo el primer tiempo le salió bien la apuesta. Una decisión que ya le salió bien en verano jugando la Supercopa de España ante el mismo Barcelona, cuando Kovacic desactivó completamente a Messi. Pero como comentamos antes, estos partidos se mueven en función al resultado, los de Zizou no concretaron las ocasiones que tuvieron durante los primeros 45 minutos y, tras el descanso, el partido fue otra historia.

Desde que los jugadores salieron del vestuario y el árbitro reanudó el juego se veía que el curso del partido iba a ser diferente. A los pocos minutos, la sensación se confirmó. Los jugadores madridistas, tal vez algo confundidos con la polémica de esta semana respecto a la posibilidad de que el Barça les hiciese pasillo por ganar el Mundial de Clubes, pusieron la alfombra roja a Rakitic para que recorriese él solo medio Santiago Bernabéu, de hecho un poco más y el bueno de Ivan se planta en Plaza de Castilla. Una vez allí, abrió a la derecha para Sergi Roberto, que metió un centro raso a un Luis Suárez completamente solo para batir a Keylor Navas, que poco pudo hacer.

Tras el gol, el Madrid se puso nervioso y le entraron las prisas, pero como ya se sabe en estos casos, las prisas no son buenas consejeras. En otra jugada desastrosa y para el disparate, tras varios disparos y rechaces de los azulgranas, a Carvajal le entró complejo de portero, y viendo que su compañero Keylor estaba ya vencido decidió echarle una mano (nunca mejor dicho). Hubiese sido un paradón del madrileño, pero en ese momento recordó que es lateral y no guardameta, así que roja y a la calle, su equipo con uno menos y encima le dejó al Barça un aguinaldo en forma de penalti. Messi no desaprovechó el regalo y puso el 0-2 con un zapatazo imposible para el portero tico.

A partir de aquí, prácticamente no hubo partido. Zidane intentó rearmar a su equipo atrás sacando a Benzema por Nacho. Pitada al delantero francés en el cambio de una afición que sin duda le pondría carbón estas Navidades. Además de ese cambio, el entrenador galo decidió tirar el medio campo quitando a Kovacic y Casemiro, para volcarse en ataque buscando el gol en algún balón largo o contraataque, metiendo arriba a Gareth Bale y Marco Asensio. Hay que reconocer que los blancos tuvieron empuje durante esos minutos y dispusieron de varias ocasiones de gol a pesar de jugar con 10 hombres, pero el balón no entró. Mientras, el Barça tocaba con tranquilidad sabiendo que el partido estaba donde ellos querían y temiendo la velocidad del Madrid en las contras.

Pero no iba a acabar la cosa ahí, y es que en el tiempo de descuento, los de Valverde cerraron el marcador con el tercer gol, obra de Aleix Vidal que acababa de ingresar al terreno de juego tras una buena internada de Messi por la derecha. 0-3, final del partido y el Barcelona a 14 puntos. Goleada del máximo rival en casa y una distancia que parece insalvable, dos losas demasiado pesadas…

Pero, incluso en estas circunstancias, se debería tener cuidado con dar las cosas por hechas tan pronto. El Barça es de momento el campeón de invierno y tiene una gran ventaja, sí, pero quedan muchos puntos por jugarse, toda la segunda vuelta al completo, esto del fútbol da muchas vueltas y puede pasar de todo: baja forma, fatiga, lesiones… Podría parecer que la Liga está imposible, que Cristiano, Ramos y compañía están fuera de la lucha por el título, pero ya se sabe, si hay un equipo al que nunca se debe dar por muerto ese es el Real Madrid.