El mundo detrás de la MBFW

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El pabellón 14.1 de IFEMA se convirtió durante seis días en una especie de burbuja de la moda de la que todo lo que entraba y salía era creatividad, arte, pasión y ganas de expresar y transmitir a través de increíbles estilismos, algunos captados como el mejor streetstyle del día.

En cuanto entrabas al Cibelespacio te encontrabas con infinidad de actividades, desde conseguir tu número del mes de Vogue y un curso de cuatro semanas en la revista a través de un sorteo, ser la portada del último número en el stand de Glamour, hasta obtener información sobre másteres e incluso tomar limonada de la mano de Fonter, todo estaba perfectamente pensado para que la experiencia fuera inolvidable.

Entrar en el backstage es como entrar en otro mundo, ahí es donde se concentra la base de todo lo que vemos en las pasarelas, fue increíble poder ver el espacio de L’Oreal, donde los mejores profesionales maquillaban y peinaban a las modelos incluso en los últimos minutos; a los redactores y periodistas de todos los medios trabajando para cubrir el desfile casi a la vez que este sucedía, las modelos corriendo de un lado a otro, la tensión que se respira, los diseñadores preparando sus colecciones, y el esperado desfile, coordinado por las azafatas y azafatos que sin duda hicieron un gran trabajo.

La moda hay que vivirla así, observando todo lo que hay detrás de ella, lo que impresiona ver a diseñadores, maquilladores y estilistas a punto de un ataque de nervios durante el desfile y respirar cuando todas las modelos están ya detrás de la pasarela aplaudiendo el gran trabajo y la dedicación con la que han conseguido un éxito indiscutible.